miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cuestión de raciocinio.

De como nuestro organo diferenciador, nuestro miembro más distinguido, nuestro arma de superación provoca el desprecio de toda razón.
Parece mentira que siempre hayamos avanzado dando un paso hacia adelante y dos hacia atrás, pero... ¿es este nuestro sino?.
Espero y deseo que no, aunque hasta el momento las pruebas digan lo contrario. Nietzsche ya vislumbró como la tecnología avanza más rápido que el cerebro y más tarde o más temprano, en vez de depender ella de nosotros, lo haremos nosotros de ella.
A cada gran avance, a cada gran descubrimiento, siempre aparecen consecuencias negativas, el ser humano busca estas consecuencias, el "ser superior" busca la destrucción. ¿Pruebas?, miles, millones y como buen ejemplo, la dinamita, pero a día de hoy hay más, por ejemplo los móviles, los ordenadores, las consolas, los coches, la democracia... ¿qué por qué?, porque se ha creado tal dependencia en ellos que las poblaciones de las sociedades "avanzadas" ya no pueden salir sin él (móvil) y si lo hacen se encuentran desamparados; nadie en su casa puede dejar de tener un ordenador, sirve para infinidad de cosas, es indudable, pero también para atrofiar parte del cerebro al facilitar las cosas tanto; la población infantil se está volviendo asocial (consolas) con el aislamiento que provoca tanto jugar por la tele; para ir a comprar el pan se usa el coche, por lo tanto se contamina, se crea estrés innecesario, no se camina y la obesidad tiene el camino más fácil para aumentar su reinado; incluso la democracia, ese supuesto paradigma de la libertad de pensamiento y expresión, finaliza con la radicalización de los pensamientos políticos haciéndose gente de "derechas o de izquierdas de toda la vida" y que no dan su brazo a torcer y menosprecian e incluso insultan a quienes no comparten su ideal político; ...
¿Evolución o involución?, esa es la cuestión.

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