martes, 12 de enero de 2010

Contra natura.

El ser humano es un ente incomprensible e irracional, por más que intentemos demostrar lo contrario.
La naturaleza nos diseñó por y para vivir en horizontal, en llanuras y mesetas o como mal menor en espacios abiertos, y nosotros no hacemos más que encerrarnos, empeñados en hacer los espacios cada vez más reducidos, los edificos más aglomerados y lo que es aún peor, más verticales. Sí, nos emocionamos al llegar a una gran ciudad y ver tanto edificio, tan altos y masificados (nuestro ego nos hace asombrarnos por nuestra "gran evolución y grandes logros"), pero igualmente crea tensiones, cierto malestar e incluso fobias, todas ellas consecuencia de nuestro propio ser, de nuestro subconsciente. La claustrofibia y el vértigo no es más que la última expresión de nuestra verdadera naturaleza, de nuestro verdadero diseño y seguimos empeñados en luchar contra nosotros mismos. Que haya mayor número de depresivos, de problemas psicológicos, de tensiones y problemas en general en los residentes en las grandes ciudades no es una casualidad, es una respuesta.
Reconozco que llegar a la Gran Manzana es impresionante (nuestro "super-yo" nos impide ver la estupidez de la misma)y no puede uno menos que admirar esas grandes construcciones y sorprenderse. Pero no creo que exista nadie que en ese ambiente se encuentre realmente a gusto, cómodo.
Muy distinta es la sensación que uno tiene al contemplar un paisaje abierto; si pueden imaginensé por un momento en mitad de la zona finaciera de Madrid e inmediatamente después en un mirador de los Picos de Europa o similares. Alguno habrá que se emocione más en el primero (para gusto los colores y para solución el psiquiatra), pero las sensaciones son muy distintas, para empezar, en mi caso, me maravilla infinitamente más la naturaleza, pero no sólo eso, me tranquiliza, me siento en mi lugar, me reconforta. Si, la Torre Picasso impresiona, es muy bonita, una gran obra de ingeniería y todas las demás memeces que se ocurran, pero es ajena, fría, distante y estresante. Si en ese mirador giramos nuestra cuerpo 360 grados nos sentimos libres, abiertos, si lo hacemos en la Plaza de España, nos sentimos atrapados, aislados y acongojados.
Con la vivienda pasa igual, cuando alguien ve una casa de grandes dimensiones (se deduce de gente de gran poder adquisitivo), lo primero que hacemos el alabar el tamaño de la casa e instancias, para posteriormente hacer lo mismo con su "super-televisión", sofá, muebles y demás. Nos guste o no nos guste estamos diseñados para los espacios abiertos, y nosotros nos empeñamos en encerrarnos.
Otra cosa es el aprovechamiento del espacio necesario como consecuencia de la abusiva, irracional y desproporcional masa humana. La naturaleza no tiene recursos suficientes para abastecernos y éstos están además muy mal distribuidos... a los ojos de los seres humanos. Sobramos muchos cientos de millones de personas, pero eso por desgracia da igual mientras seamos "nosotros", las sociedades "más desarroladas", los que tengamos los suministros, y estamos tan ciegos y absortos con nuestros "logros", que no vemos que cada vez hay menos como consecuencia directa o indirecta de nuestras "azañas".
La naturaleza está respondiendo a nuestro desafio y los psicólogos se están forrando. Mal vamos.
Un saludo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Del más al menos y vicebersa.

No deja de ser sorprendente como organismos simples y sin, o con ínfima inteligencia, son capaces de solventar problemas complejos con un rendimiento espectacular. En cambio en el mismo contexto, con el "autodenominado ser superior" no sólo su rendimiento es porcentualmente menor, sino que en ocasiones se atrofia. Me refiero a los llamados "superorganismos" y a nuestra sociedad, que para el caso es lo mismo.Una hormiga por si sola a ojos del ser humano es "tonta" (aunque sobre esto se podría discutir mucho), en cambio cuando actuan como colonia no sólo es "inteligente" (resuelve problemas de distancias, encuentra comida, se comunican, se coordinan a la perfección, crían pulgones, cuidan "sus jardines" de hongos de forma perfecta....), si no que su simplicidad, armonía y productividad deja en evidencia a la mejor de las empresas. Y en esto no tiene nada que ver que en proporción su cerebro sea realmente grande.Como las hormigas a diferente nivel, las termitas, algunas colonias de arácnidos, himenópteros... y si me apuráis cualquier cerebro u organismo vivo ya que simplificando mucho las cosas... ¿qué hace una célula sola? es más, ¿qué es una neurona aislada?, nada, en cambio si se juntan...Dicho esto, ¿por qué el ser "más inteligente" no renta de manera tan espectacular?, ¿cómo es posible que seres tan simples se coordinen y produzcan más que un ser tan complejo y "avanzado" como nosotros?, ¿por qué nuestra supuesta evolución tiene una gráfica con tantos avances y retrocesos?. A grandes rasgos se podría decir que por nuestra propia consciencia como ser individual, lo que deriba en el ego y por ende en la avaricia, mientras que una hormiga "se siente" realmente parte de un organismo superior y supedita todo a éste. Como resultado, en una fila de hormigas nunca hay "atascos", en un carretera humana... nunca hay desplazamientos sin paradas.Esto puede significar dos cosas, que realmente no somos animales tan sociales como pensamos o que nuestra estupidez es más grande de lo que nos cuesta admitir. Es más, quizás sean ambas cosas a la vez. ¿Cuantas veces habéis oido "la masa es tonta"? y lo que es peor, que razón tiene... única y exclusivamente en el ser humano.Actualmente hay muchos estudios e investigaciones que tratan este tema, como por ejemplo la creación autómatas extremadamente simples "que conviven" libremente en un mismo recinto y sorprendentemente están empezando a "adoptar" ciertas conductas o parámetros, observandose hechos tan insólitos como que se siguen los unos a los otros. Es más, el sofisticado e "inteligente" ejército americano, está analizando las tácticas de ataque de las colonias de hormigas para aplicarlas a la guerra moderna. Lo que significa que unos "seres insignificantes" son capaces de dominar en un sentido abstracto a la tecnología más avanzada de nuestra época y por lo tanto, a los logros mayores del ser humano, que como siempre, son destructivos.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cuestión de raciocinio.

De como nuestro organo diferenciador, nuestro miembro más distinguido, nuestro arma de superación provoca el desprecio de toda razón.
Parece mentira que siempre hayamos avanzado dando un paso hacia adelante y dos hacia atrás, pero... ¿es este nuestro sino?.
Espero y deseo que no, aunque hasta el momento las pruebas digan lo contrario. Nietzsche ya vislumbró como la tecnología avanza más rápido que el cerebro y más tarde o más temprano, en vez de depender ella de nosotros, lo haremos nosotros de ella.
A cada gran avance, a cada gran descubrimiento, siempre aparecen consecuencias negativas, el ser humano busca estas consecuencias, el "ser superior" busca la destrucción. ¿Pruebas?, miles, millones y como buen ejemplo, la dinamita, pero a día de hoy hay más, por ejemplo los móviles, los ordenadores, las consolas, los coches, la democracia... ¿qué por qué?, porque se ha creado tal dependencia en ellos que las poblaciones de las sociedades "avanzadas" ya no pueden salir sin él (móvil) y si lo hacen se encuentran desamparados; nadie en su casa puede dejar de tener un ordenador, sirve para infinidad de cosas, es indudable, pero también para atrofiar parte del cerebro al facilitar las cosas tanto; la población infantil se está volviendo asocial (consolas) con el aislamiento que provoca tanto jugar por la tele; para ir a comprar el pan se usa el coche, por lo tanto se contamina, se crea estrés innecesario, no se camina y la obesidad tiene el camino más fácil para aumentar su reinado; incluso la democracia, ese supuesto paradigma de la libertad de pensamiento y expresión, finaliza con la radicalización de los pensamientos políticos haciéndose gente de "derechas o de izquierdas de toda la vida" y que no dan su brazo a torcer y menosprecian e incluso insultan a quienes no comparten su ideal político; ...
¿Evolución o involución?, esa es la cuestión.